martes, 16 de septiembre de 2025

Las plumas de Clara

Clara se despertaba muy temprano, con la rutina ya marcada como un reloj secreto.
Primero ordenaba su habitación, después abría las ventanas para dejar que el aire fresco barriera la casa. Preparaba la comida y cambiaba el agua de Ágata, su michifuz mimada. 
Solo entonces podía entregarse a su ritual más esperado..."el mate", ese instante de calma que abría el día como el sol deslizándose sobre el papel.
Pero una mañana, al abrir la ventana, algo distinto la sorprendió... una pluma blanca, ligera, suspendida en el aire como si la esperara. 
Cayó suavemente sobre su mesa, Clara la tomó entre los dedos y sintió un estremecimiento, como si dentro de esa suavidad habitara un secreto.
Los días siguientes, nuevas plumas fueron apareciendo...en el marco de la puerta, sobre el respaldo de la silla, entre las hojas de un libro olvidado. 
Ya no eran casualidad!!! Clara comenzó a coleccionarlas, a guardarlas en un frasco de vidrio, hasta que una noche —en medio de un silencio que parecía escucharla— comprendió que las plumas no eran objetos perdidos, sino señales.
Fue entonces cuando algo en su vida empezó a desarmarse...dejó de seguir la rutina con la misma rigidez, se animó a caminar sin rumbo por el barrio, a hablar con desconocidos, a escribir lo que nunca se había permitido. 
Como si cada pluma hubiese ido arrancándole el miedo a salirse del guión.
Ágata la miraba curiosa, como si también entendiera que Clara ya no era la misma... y aunque la rutina seguía ahí, ella supo que cada vez que encontrara una pluma, la vida le estaba recordando que aún había alas escondidas dentro suyo...
      ~ Adriana Blanche ~

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