sábado, 6 de septiembre de 2025

El mundo en dos casas


Cuando mamá y papá se separaron, yo pensé que era porque no me había portado bien.

Busqué en mi memoria alguna travesura grande, un enojo fuerte o una palabra fea que pudiera haber dicho.

Pero no encontré nada tan terrible...

Una mañana, mientras mamá me peinaba antes de ir a la escuela, me animé a preguntar:

—¿Si me esfuerzo mucho en la escuela, vas a volver con papá?—

Ella me abrazó tan fuerte que me despeinó, pero no contestó.

Y yo me quedé con la duda colgada como un globo en el aire.

Con papá fue distinto, me llevaba a pescar al río y sonreía, pero a veces se le nublaban los ojos. 

Yo quería decirle que no llorara, que yo podía arreglar todo, que si quería no peleaba más con mi gata o me iba a dormir temprano. 

Pero me guardaba las palabras en el bolsillo, porque no sabía si era correcto.

Así fui entendiendo que tenía dos camas, dos cepillos de dientes y dos formas de extrañar.

Que a veces me olvidaba la cartuchera en una casa y tenía que dibujar con un solo lápiz en la otra.

Que mis medias siempre andaban perdidas porque vivían viajando conmigo.

Que en los cumpleaños había dos tortas, una con mamá y otra con papá, pero en ninguna estaban los dos juntos para aplaudir al mismo tiempo.

Aprendí a sonreír para que no se preocuparan, aunque adentro tuviera un nudo.

Aprendí a guardar silencio cuando los escuchaba hablar de “custodia” u “horarios”, como si mi vida fuera una agenda que se reparten.

Pero yo… yo quería decirles algo...

–" Que yo no soy un puente roto ni un error.

Que aunque su amor cambió de forma, el mío sigue siendo uno solo.

Que mi mundo se partió en dos, pero mi corazón todavía necesita estar entero"—

Y ojalá un día entiendan, que los hijos no queremos elegir, no queremos mitades, no queremos sentir que perdemos.

Queremos simplemente ser niños, con el derecho de tener un mundo completo, aunque los grandes ya no sepan estar juntos...

#adrianablanche 

#relacionessanas 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El año baja la voz y el corazón habla mas fuerte.

Para mí, la Nochebuena es un umbral, no es solo una fiesta ni un calendario marcando una fecha... es un instante suspendido, don...