Rebeldía consciente
Soy intensa...no es que exagere…
es que siento con volumen alto y cero censura.
Convencí a un tímido empedernido
de subirse a un subibaja conmigo.
Primero se hizo el serio,
después se le desarmó la risa.
Y ahí estábamos, volando bajito,
jugando a desafiar la adultez con las rodillas al cielo.
Me disfracé de payasa
(no solo en carnaval, ojo).
Y esos abrazos sinceros, pegoteados de caramelo y mocos, me recordaron que a veces los niños curan más que cualquier terapia...
Una vez preparé todo para una mateada con él en Tigre:
termo cargado, bizcochitos caseros,
charlas listas para desatarse.¿La yerba?
Bien gracias.
Se quedó en casa, como mi sentido de la logística.
Pero me reí tanto que hasta el río me hizo burbujas de complicidad.
Y aprendí que lo esencial no siempre se compra en el súper.
No sé querer en modo avión, ni hablar bajito cuando algo me importa.
Soy de apretar la mano con intención, de mirar hondo, de dejar el alma en cada gesto mínimo.
Si!!, soy exagerada...
Me conmueve una carta, una flor, una playlist hecha para mí.
El desinterés me deja callos en el alma.
Y la falta de mimos, grietas en la piel.
Soy de las que prefieren incomodar por sentir
que quedar bien fingiendo...
Porque vine a amar con escándalo de ternura,
con carcajadas fuertes y silencios que también abracen.
* Advertencia final (por si llegaste hasta acá):
No apta para vínculos sin coraje.
Requiere corazón presente y ganas de jugar*
#adrianablanche
#miradasqueabrazan #rebeldíaconsciente
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